Debido al confinamiento causado por el coronavirus, en estos momentos no podemos acudir al trabajo, al centro comercial, al cine o al bar. Para poder pasar estos días tan aburridos y estresantes la mayoría están cambiando su forma de divertirse y de pasar el tiempo libre. Antes de que el gobierno decretara el estado de alarma el pasado 14 marzo, el trabajo y las obligaciones en el hogar cubrían la mayoría de nuestro día a día. Los quehaceres diarios solo nos dejaban los fines de semana para disfrutar del ocio, y en algunos casos ni eso. Sin embargo, debido al coronavirus nuestro tiempo libre se ha multiplicado, por lo que muchos recurren al entretenimiento online para superar esta situación.
Uno de los servicios online que más demanda está teniendo es el de la pornografía, en especial, los servicios vinculados con el sexo en vivo, también conocidos como cams porno. Según diferentes portales pornográfico como Pornbub o Xhamster solo en España el consumo de pornografía aumentado en un 61% en las últimas dos semanas. Cada día se registran más de 120 millones de visitas a este tipo de sitios web, cifra que seguirá subiendo en las próximas semanas. El contenido escogido por los usuarios es amplio y variado: vídeos eróticos, páginas de contactos, sexo telefónico y, sobre todo, cams porno. Se estima que el negocio de las webcams eróticas ha visto incrementado su trafico en un 60% desde el 14 de marzo. Este dato refleja a la perfección la situación en la que nos encontramos: altas probabilidades de contagios durante las relaciones sexuales e imposibilidad de salir del hogar para encontrar pareja o practicar sexo en grupo.
En definitiva, buena parte del futuro de la industria para adultos está en manos de las cams porno y de todos los profesionales que trabajan en ellas. Desde las modelos que bailan frente a la webcam hasta los informativos que desarrollan el software que permiten la conexión entre el usuario y la modelo. Y es que, el sexo en vivo ofrece una serie de ventajas muy significativas frente a la pornografía convencional:
1. Servicio discreto: las cams porno son el producto ideal para quienes buscar disfrutar del sexo sin contacto físico y de manera exclusiva y discreta. Mediante este servicio podemos masturbarnos, chatear y aprender nuevas practicas sexuales, mientras observamos a una modelo hacer todo lo que le pedimos frente a la cam. Gracias a las cams porno podemos ocupar nuestra mente durante todo el tiempo que necesitemos y disfrutar y gozar mientras la otra persona baila, sé excita, golpea su trasero o acaricia sus pechos...
2. Oferta muy variada: las páginas de cams porno abarcan prácticamente todo tipo de prácticas sexuales, así como de profesionales del porno. Por ejemplo, según el tipo de modelo en Obsesionas se pueden encontrar: chicas delgadas, atléticas, gorditas, XXL, amateur, maduras, rubias, parejas, pornostar, transexuales, y mucho más. Del mismo modo, estas categorías incluyen webcamers que cubren todas las fantasías y prácticas sexuales que podamos imaginar: BDSM, fetiche de pies, sexo anal, doble penetración, masturbación, control de eyaculación, felaciones... En definitiva, las cams porno son un potente afrodisíaco para satisfacer todas las necesidades sexuales. Además, no debemos olvidar que España es una de las principales potencia de este mercado. Por tanto, dentro de nuestras fronteras podemos encontrar a miles de chicas dispuestas a hacernos pasar un momento inolvidable.
3. Mucho placer por poco dinero: gracias a las cams porno disfrutaremos del placer del sexo con un precio muy asequible. Por ejemplo, en Obsexioncams se pueden encontrar tarifas de tan solo 1,99 euros por 5 minutos o de 9,99 euros por 20 minutos. Todo ello sin moverte de casa, esconderte o sufrir interrupciones en plena "faena". Obviamente, el sexo con contacto físico es mejor, sin embargo, con un poco de práctica también se puede disfrutar muchísimo.
4. Mucho mejor que las películas porno: las cams porno son un servicio mucho más cercano a los usuarios. No hay comparación entre ver un vídeo porno que entre interactuar con alguien al otro lado de la pantalla. Además, mientras el las películas para adultos el guion ya está establecido, en las webcams el usuario puede escoger en cada momento lo que quiere qué haga, cómo y de qué manera, la modelo. Las webcamers son chicas con mucha experiencia, lo han visto todo y, por tanto, no tienes tabúes. Es decir, se les puede pedir prácticamente cualquier cosa.
Aunque este tipo de servicios pornográficos han visto incrementada su demanda por el coronavirus Covid-19, lo cierto es que desde hace más de una década ésta tendencia ya se venia produciendo. Somos un país en el que en todo momento nos gusta disfrutar del sexo. Es realmente gratificante saber que a pesar de estar viviendo en un estado de alarma, podremos satisfacer nuestras necesidades sexuales o bien aprovechar este tiempo para hacer realidad fantasías.