Se trata de la práctica sexual en la que la mujer es quien penetra al hombre por el ano. Eso lo hace a través de la utilización de un arnés-consolador, por supuesto, con ayuda de un lubricante anal. De esta forma ella sería la penetradora, asumiendo todo el control de la relación sexual.
Aunque para muchos, esta práctica se relaciona con la homosexualidad, están muy equivocados, ya que la estimulación de la próstata es la principal fuente de placer para la mayoría de los hombres, y esto no tiene nada que ver con la orientación sexual de cada uno.
Por probar algo distinto en la cama con tu pareja no te van a empezar a gustar las personas de tu mismo sexo, si no que tienes que aprender a disfrutar de las nuevas sensaciones. Puede que te guste, o puede que simplemente se quede en una anécdota para recordar por curiosidad.
Si te atreves a probarlo, te recomendamos que te relajes y te dejes llevar por tu pareja. Ella debe estimular diferentes zonas de tu cuerpo, a la vez que estimula tu ano, para que poco a poco te vayas excitando. Debes dejar de pensar en que es una práctica de hombres homosexuales, deshaciéndote de los estereotipos y roles sexuales. Concéntrate tan solo en disfrutar y dejarte llevar. Si tienes miedo de que tu ano pueda estar sucio, antes de realizarlo, acude al baño unas horas antes. También existen las duchas anales, pero si no dispones de ella, lo mejor es que te relajes, ya que si hay confianza, encontrar algún tipo de resto tampoco sería un gran drama para tu pareja.
Ella deberá no tener prisa por hacerlo, ya que tu ano tiene que dilatarse poco a poco con la ayuda del lubricante, ya que esta parte del cuerpo no lubrica ninguna sustancia que ayude a su penetración. Para comenzar, podría introducir un dedo, e ir progresivamente metiendo algún juguete sexual de mayor anchura hasta llegar al del consolador que vayáis a utilizar.
Ambos debéis escoger juntos el tamaño del dildo para estar conformes los dos con la práctica que vais a realizar. Es importante que exista buena comunicación entre vosotros, y que lo disfrutéis a partes iguales. Para ello debes estar muy receptivo y tener ganas de hacerlo, ya que si no puede salir algo mal y que te produzca daño más que placer. Si necesitáis ayuda, podéis preguntar en un sex shop con que tamaño de consolador podéis empezar para disfrutar al máximo de esta experiencia.