Lo que ha ocurrido en este caso es que una de sus empleadas utilizaba su tiempo libre para hacerse fotos de contenido erótico en su lugar de trabajo, tanto en el ascensor del edificio como en la oficina de la dirección general, situado en el bulevar Waterloo de Bruselas.
La mujer, que prefiere salvar su nombre e imagen, pretende demostrar que se trata de hechos que pertenecen a su vida privada, después de que haya sido inhabilitada de su puesto de trabajo en el Ministerio.
Este hecho se ha descubierto debido a que su imagen aparecía en un reportaje de televisión sobre hombres y mujeres que trabajan en el mundo del sexo para conseguir un dinero extra, y fue reconocida por diferentes compañeros de trabajo. Estos tras sorprenderse con su imagen en este reportaje, decidieron buscarla por internet y descubrieron que era actriz porno, participaba en diferentes reportajes eróticos, y además, en sus redes sociales, más concretamente en su perfil de Twitter, existían imágenes de alto contenido sexual tomadas en su lugar de trabajo matutino.
Tras ello, su director le requisó el ordenador portátil, las claves y tarjeta de acceso al ministerio que utilizaba, y la anunció que quedaba inhabilitada de su puesto de trabajo debido a que causaba daños en la reputación del servicio público al que se dedicaba.
En Holanda pasó algo parecido cuando, hace dos años, una empleada del Banco Nacional fue despedida de su puesto como asesora financiera tras ser descubierta por sus compañeros como prostituta de lujo.
Conchita van der Waal, como se hacía llamar en su web, prestaba servicios sexuales sadomasoquistas. En este caso la mujer no ocultaba su rostro en su página y tras ser reconocida por diferentes personas, estas últimas enviaron dos cartas anónimas al banco donde trabajaba para que la identificasen.
Aunque la compraventa de sexo es legal en los Paises Bajos, la mujer fue despedida debido a que había utilizado la cuenta de correo del banco para temas relacionados con la web y mensajes sobre prostitución. Por ello, a pesar de ser legal la prostitución, Conchita van der Waal había violado el código de conducta del organismo y fue inmediatamente despedida.
En el juicio que se celebró sobre su caso, y dio la razón al banco debido a su relación con actividades extracurriculares, la protagonista declaró abiertamente que su marido y ella practicaban el intercambio de parejas y que su web formaba parte de su propio mundo de fantasía.